Nuevas políticas acerca de los anuncios políticos e incluso su prohibición son medidas que ya han empezado a tomar los dueños de las plataformas de redes sociales para salvaguardar la veracidad de las informaciones. En el punto de mira se encuentran las elecciones presidenciales de los Estados Unidos que tendrán lugar este año, y la pregunta que hoy nos hacemos es cómo las mentiras van a afectar esta vez al resultado. La lucha contra las fake news es sólo una de las tendencias en la comunicación política e institucional de 2020 que estará dominada, una vez más, por el poder del contenido de valor.
La confianza de los ciudadanos en las redes sociales pasa porque sus propietarios se tomen en serio los peligros de las fake news y le planten cara. Éste es uno de los retos para la comunicación en este año que estamos estrenando. La comunicación institucional y política también tiene que luchar contra la desinformación, poniendo en marcha algunas medidas para alejarse de las conversaciones tóxicas que están polarizando al electorado.
La lucha contra las noticias falsas también está motivando que una de las tendencias para 2020 en redes sociales sea la transición hacia plataformas sociales privadas. Los grupos de Facebook o los mensajes directos de Instagram están ganando terreno frente a otras opciones más abiertas.
El contenido seguirá siendo el rey de la comunicación política e institucional en 2020, y a través de él las organizaciones van a continuar buscando una relación estable y duradera con los ciudadanos para conseguir el ansiado engagement (compromiso). Pero no vale cualquier contenido. Ahora tenemos la mejor tecnología que nunca ha existido para conocer al público, comprender sus necesidades y ofrecer un contenido de valor con el que poder conectar. Propiciar contenido favorable y experiencias positivas por parte de los ciudadanos contribuyen a demostrar la eficacia de la institución, y ahí es donde hay que volcar gran parte de los esfuerzos este año.
Ayuda en este objetivo que algunas redes sociales como Facebook están promoviendo la interacción social por encima de cualquier cosa y, por tanto, para tener éxito en esta red es necesario crear conexiones e interacciones con los usuarios. Un contenido más personal que fomente los comentarios y las reacciones tendrá prioridad sobre las visualizaciones pasivas.
En esta línea también serán tendencia las redes sociales únicas o de nicho. TikTok es una de ellas. Acumula ya 500 millones de usuarios activos mensuales y se calcula que próximamente alcanzará los 750. El éxito se debe a que hay personas que ya no desean formar parte de grandes comunidades, sino que prefieren estar en otras que son relevantes, con menos ruido y más engagement.
La sostenibilidad, el cambio climático y la ecología han conquistado espacio en la comunicación de 2019. La tendencia en 2020 es una comunicación más transparente e implicada en estos asuntos, basada en la responsabilidad social y comprometida con el futuro del planeta.
El bienestar social también estará muy presente este año. Se han registrado millones de conversaciones en la red en la que los ciudadanos muestran su preocupación acerca de los efectos de las redes sobre la salud mental. Muchos se han unido al movimiento #DigitalDetox y están tomando medidas individualmente para disminuir sus horas en líneas, desactivando cuentas y prescindiendo de apps. De hecho, la eliminación de “me gustas” y de otras métricas superficiales tienen un efecto positivo sobre la desintoxicación social que reclaman muchos usuarios de las redes. El año 2020 no va a acabar con ellos, pero será el comienzo de su desaparición.Desde el punto de vista de la comunicación, la huida de los usuarios de las redes supone un gran desafío para las organizaciones, pero al mismo tiempo disponen de una gran oportunidad para apoyar estos movimientos y evitar la toxicidad, promoviendo contenido de valor.
Más calidad que cantidad
En la producción de contenidos, primará la calidad por encima de la cantidad. Los años de la inmediatez empiezan a ser relegados por contenidos más completos y cuidados que se presentarán en forma de reportajes amplios, entrevistas, ebooks y análisis, entre otros formatos.
La presencia de los influencers en comunicación está evolucionando a hacia los microinfluencers, y la tendencia continuará en 2020. Por micro o nano influencer se conocen a personas apasionadas con lo que hacen y publican, y que logran reunir entre 500 y 10.000 seguidores con grandes niveles de interacción. Estas figuras generan una alta empatía e identificación con los usuarios y su compromiso es más auténtico.
Cualquier persona, sin embargo, puede generar contenido de calidad, y la clave está en potenciar esas publicaciones para que favorezcan la estrategia diseñada desde las instituciones y los partidos. Las organizaciones que consigan crear una comunidad de seguidores activos y comprometidos, y aprovechen ese contenido generado por los usuarios, gozarán de ventaja de este 2020 y, además, se verán liberadas del peso de tener que estar produciendo contenido constantemente, al ritmo de las redes sociales.El video es y seguirá siendo el rey durante 2020, y de hecho se calcula que el 80 por ciento de los contenidos consumidos online van a ser en este formato. Pero no vale cualquier video. Si las organizaciones no proporcionan vídeos con contenido de valor y con calidad, es mejor prescindir de él. Youtube no deja de crecer, pero la red del año seguirá siendo Instagram. Ya no es sólo la red favorita de los jóvenes, ahora también lo es de las organizaciones.
Linkedin y Twitter se presentan con novedades. En concreto, Linkedin incorpora funcionalidades para mejorar el engagement, como la posibilidad de etiquetar a otros usuarios en fotografías y reacciones, enviar vídeos a través de mensajes privados y Linkedin Live. Las mejoras de Twitter están dirigidas a dar más control al usuario: autoeliminar la mención en una conversación, no permitir el retweet, solicitar la eliminación de una mención en un tweet y seleccionar a las personas a las que queremos que alcance nuestro tweet.
2020 puede ser el año de pasar a la acción. Del storytelling al storydoing, o lo que es lo mismo, de contar a hacer. Ya no vale sólo con conectar con palabras, sino lo que las historias tienen que hacerse realidad. ¿Tendencia o reto?
Fuente: huelvainformacion.es