Uno de los factores que contribuye a explicar la sorprendente revuelta plebeya que le borró la sonrisa al gobierno y a la arrogancia neoliberal, la cual entró en su décimo quinta semana, es, sin duda, la masificación de las redes sociales, con su arma más característica, distintiva y letal: el teléfono celular.
Entre otros efectos, permitió la organización horizontal de los individuos y la consiguiente multiplicación de la convocatoria a la movilización; neutralizó en no menor medida, la ventaja estratégica del monopolio de la derecha en los medios de comunicación, y fundamentalmente, permitió la denuncia y documentación de la sistemática violación de los derechos humanos alentada, o al menos permitida por el gobierno, y ejecutada directamente por la policía militarizada, y en menor medida, por otras ramas de las FF.AA., durante la vigencia del estado de emergencia.
Conforme a la regularidad histórica de que, por definición, jamás la derecha y las fuerzas conservadoras entregarán prebendas, privilegios, ventajas y sinecuras si no son obligadas a ello, y de ninguna manera sin antes utilizar todas las formas de lucha, el fachistán criollo trasladó la guerra de Piñera al ámbito digital, y en particular, al campo de batalla virtual de las redes sociales.
A partir de su supremacía económica, han descargado sobre las redes verdaderos ejércitos de bots, con distintas misiones y finalidades.
El ejército de los bots
Por bot, abreviatura de “robot“, se entiende un sistema automatizado, programado para realizar determinadas acciones y ejecutarlas de forma periódica o reactiva, sin necesidad de que un humano lo controle.
Es capaz de analizar su entorno y “decidir”, de forma autónoma y en función de la situación, la acción que mejor se ajuste a los objetivos.
Los bots son muy difíciles de detectar o percibir, pues realizan sus tareas en un segundo plano, suelen ser programados para hacerse pasar por humanos, e incluso son capaces de imitar sus comportamientos.
Entre las tareas específicas para las cuales son programados los bots, destacan las siguientes:
- Rastreadores web o web crawlers: se trata de una categoría de bot que trabaja de un modo totalmente imperceptible. Son utilizados por los buscadores para examinar la web automáticamente, analizar páginas web e indexar esta información en directorios de búsqueda. En general, son los bots "buenos", porque permiten organizar el torrente de información de la web. Forman parte de los algoritmos que utilizan Google, Bing y Yahoo, los tres principales buscadores de internet. Sin embargo, también hay numerosos web crawlers que operan más allá de las normas legales y de buenas prácticas en las redes, y recopilan datos no autorizados, caso típico de Cambridge Analytica, y otros tipos de uso electoral.
- Chatbots: a diferencia de los rastreadores web, los chatbots actúan de forma reactiva: reaccionan a actividades humanas y están especializados en responder a otros participantes en chats de forma razonable. En el día a día, los chatbots actúan como asistentes digitales. Un asistente de páginas web puede, por ejemplo, guiar a los visitantes a través de estas o responder a preguntas sobre la temática u otros aspectos de la página web. Asimismo, asistentes de voz como Siri u OK Google o asistentes de voz externos como Amazon Echo o Google Home se basan en la tecnología de los chatbots.
- Videojugadores virtuales: muchos videojuegos requieren participantes virtuales que reaccionen de forma variable a los humanos. De estas operaciones se encargan los bots. Actúan de forma reactiva, con técnicas de inteligencia artificial. Un ejemplo típico es la inteligencia artificial de Google llamada AlphaZero, que mostró su talento tanto en el ajedrez como en el Go.
- Social bots: se trata de los bots ocultos que se utilizan en las redes sociales. Trabajan tanto de forma repetitiva como reactiva, y pueden realizar una serie de acciones, como clicar en “Me gusta”, comentar, retuitear e incluso, provocar a otros usuarios, involucrarse en conversaciones y simular una identidad humana.
Estos son los bots que utiliza la derecha en la guerra digital.
Las odiosas campañas de fachistán
Uno de los usos más frecuentes es concentrar los bots en sus odiosas campañas de ataque a cualquiera que enarbole la bandera del cambio social, o de defensa del tambaleante gobierno de Piñera, a instituciones desprestigiadas, como Carabineros, y en general, del orden, la propiedad y la economía de mercado.
Ejemplos recientes son campañas como:
#NoMásHertz;
#YoApoyoACarabineros;
#VotoRechazo;
#MueraElMarxismo
#IzquierdaCulpable
#RechazarparaReformar
y otros por el estilo.
Entiéndase: no es que sea en sí censurable que la derecha organice campañas políticas en formatos digitales o difunda contenidos afines a sus intereses en las redes sociales, como por lo demás, hacen con mayor o menor eficacia todas, o casi todas, las fuerzas políticas y organizaciones sociales.
El problema es que con su poder económico, las amplifican, inflan y multiplican por medio de bots, con lo cual proyectan una realidad simulada, sinónimo de manipulación.
Se sabe que Piñera utilizó profusamente estas operaciones basadas en bots durante su campaña electoral de 2017, y se sospecha que muchas de las campañas del odio contra opositores, o de naturalización de las violaciones de los derechos humanos, tienen origen en reparticiones del Gobierno, como la dudosamente célebre SECOM.
El segundo problema en orden de importancia, es el contenido que difunden estas campañas, preñado de naturalización de la violación de derechos humanos, intolerancia, odio, medias verdades y mentiras completas, orientadas al amedrentamiento, la desinformación, la inhibición de la participación política y el terror.
Alguno ejemplos, recopilados por la regla del azar:
- ¿Estás de acuerdo con que en #Chile, como en otros países, se debiera proscribir la participación del @PCdeChile de la política?
- Delincuentes ya comenzaron a atacar a bomberos, luego irán por ti... mientras #sharp carretera en viña
- Se esta armando una guerra civil xq ningun chileno pde aguantar sto q nos roben y nos quiten lo q tanto sacrificio nos a costado
- Sin destrozos, sin vandalismo, sin ataques a carabineros, respetando a los locatarios . Así es el Rechazo, pacifico. El Apruebo: violencia, caos, encapuchados, destrucción.
- Hoy como ayer Chile se debate entre 2 alternativas. Una conduce y mantiene a Chile como parte del mundo libre. La otra es de destino incierto, especialmente porque quienes lideran dicho camino, tienen ya a + de 150 millones de muertos a su haber. Yo prefiero ser libre. Yo rechazo
- Así es Guatona Zurda indecente y MENTIROSA ...Hasta cuándo nos comportamos como MARICAS?
- Voto #Rechazo! No quiero miseria. No queremos Cuba, tampoco Venezuela.
- "Sigan quemando nomás... Los van a matar igual que la otra vez"
- Que esperan ??? No llegamos a abril. Nuestros vecinos van a morir quemados antes! San Borja, Plaza Baquedano, el Museo de Violeta por la Cresta !! Cuál dignidad ?? Yo votaría #Rechazo pero no vamos a llegar vivos al plebiscito.
- Más de 4000 carabineros heridos, muchos de gravedad, algunos a bala. Decenas de miles de PYMES saqueadas, quebradas o incendiadas. Decenas de iglesias quemadas. Cientos de monumentos vandalizados. Orden público colapsado. #RECHAZO
- El #Rechazo está llegando a todos los rincones de Chile. Cada día somos más y no vamos a parar hasta ganar. #YoVotoRechazo
Ataques con bots a páginas opositoras
Otro método frecuentemente utilizado en la guerra digital de la derecha es el ataque con bots a determinados medios de comunicación o redes sociales, con el objetivo de copar su ancho de banda, hacerlos colapsar y sacarlos de circulación.
Un ejemplo de esta práctica la experimentó este mismo medio.
Hacia finales del mes de octubre, en los primeros días de la revuelta, y sin motivo aparente, Red Digital empezó a experimentar frecuentes colapsos que lo sacaban de servicio, con mensajes al usuario que intentaba acceder, tales como:
- Internal Server Error. The server encountered an internal error or misconfiguration and was unable to complete your request; o
- Resource Limit Is Reached. he website is temporarily unable to service your request as it exceeded resource limit. Please try again later.
La primera pista llegó el 29 de octubre, por medio del mensaje de un usuario:
"Hola, buenas tardes. Mi nombre es Matias Gallardo y me estaba fijando que en su sitio web le están generando un ataque flood para simular miles de conexiones y así no dar abasto el cual genera la mayor parte un error al ingresar a cualquier artículo".
Realizadas las consultas al servicio de soporte técnico de la empresa donde estaba alojado el sitio, respondió, con fecha 30 de octubre:
"Estimado editor:
El sitio está siendo atacado desde varios países del mundo. Principalmente Asia.
Más de 100 direcciones IP fueron denegadas".
Mirado el vaso medio lleno, no dejó de parecernos una condecoración, toda vez que si atacaban el sitio, por medio de concentración de bots, era porque alguna influencia estaba teniendo.
Pero el problema radicaba en que no bien actualizaba información, y la detectaban los bots, rebrotaban los ataques, y la empresa proveedora de alojamiento bloqueaba las direcciones IP desde donde provenían los ataques, lo que a su vez colapsaba el servicio del sitio.
La empresa de hosting ofreció un servicio con mayor seguridad, pero a costos prohibitivos, lo que significó, desde ese punto de vista, que los que generaban los ataques, que estuvieron cerca de lograr su objetivo.
Pero de la emergencia surgió la oportunidad.
El mismo usuario que alertó del ataque recomendó un alojamiento con mayor seguridad ante los ataques externos, a un costo razonable para un emprendimiento como este, guiado sólo por la motivación de servicio, gratuito y sin fines de lucro.
Eso es lo que permitió salvar la emergencia, y que usted pueda estar leyendo estas líneas, estimado/a lector/a.
Censura a cuentas en redes sociales
Una variante de ese ataque concentrado de bots, tiene por objetivo a las cuentas en redes sociales, especialmente a las que se reconocen como más influyentes.
Los bots pueden ser programados tanto como para hacer colapsar el servicio, como a postear contenidos que vulneran las políticas editoriales o normas corporativas de los principales proveedores de redes, como Facebook y Twitter; o de denunciar supuestas contravenciones a las mismas, de forma que éstas las castigan, suspendiéndolas, ya sea en forma temporal, e incluso definitiva.
Es el caso de lo que está sucediendo ahora mismo con los grupos y páginas de Facebook a las que este medio está suscrito, o el caso de Piensa Prensa, cuya cuenta de twitter fue suspendida por segunda vez, el pasado 7 de febrero.
La cuenta original con casi 200 mil seguidores, ya había sido suspendida, perdiendo cientos de videos que mostraron flagrantes violaciones a los derechos humanos, y que fueron clave a la hora de esclarecer los abusos por parte de agentes del Estado.
Mikel Espinoza, director de Piensa Prensa, señaló que desde hace semanas reciben constantes ataques y sus perfiles son dados de baja:
“Creemos que son grupos de ultraderecha quienes nos atacan, porque dicen que estamos incitando el odio. Ellos se agrupan en estas cuentas fascistas y han amenazado públicamente que nos bajarán las cuentas”.
Relata que perdieron un perfil de Twitter que tenía más de 200 mil seguidores, que les permitía llegar a un gran público.
“Esto nos tiene muy enrabiados, con mucha pena”, indica.
Espinoza denuncia que Twitter no les ha dado ninguna explicación al respecto.
Su perfil de Instagram, donde tenían cerca de 600 mil seguidores, también fue desactivado.
“Como equipo, este trabajo lo hacemos de corazón, por compromiso, por convicción. Lo hemos dado todo. Hemos dejado los pies en la calle para informar la verdad, y hemos visto que la derecha está muy organizada, tratando de callar a la prensa que está denunciando las violaciones a los Derechos Humanos”, añade.
Agrega que tiene la fundada sospecha de que el gobierno está detrás de las acciones que han influido en la censura a sus cuentas en redes sociales.
Cabe consignar que en la tarde del lunes 11 de febrero, y tras cuatro días de suspensión, twitter rehabilitó la cuenta original de @PiensaPrensa.
Falsificación de identidades virtuales
Otra variante de la guerra digital de la derecha cavernaria, es la falsificación y suplantación de identidad de instituciones y redes sociales relevantes.
Así por ejemplo, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) anunció que presentará una querella por usurpación de nombre y uso indebido de información, luego de que se creara una cuenta que se hace pasar por la institución en Twitter.
La acción legal apunta contra la cuenta @lnddhh que fue creada este mes y que no corresponde a la oficial de la institución (@inddhh).
La diferencia entre ambas cuentas es que la cuenta falsa tiene una ele minúscula inicial, que se parece a la “i” mayúscula (I) del INDH.
"Las publicaciones de esta cuenta falsa no se condicen con el marco de los DDHH y además afectan la imagen pública del Instituto, y el derecho de acceso a la información de la ciudadanía".
Asimismo, los colegas de Megáfono Popular y Contra la Corriente denunciaron la falsificación y suplantación de la propia cuenta de Piensa Prensa
Como se aprecia, la derecha no ahorra ninguna forma de lucha en el ambiente digital. Pero así como el empresariado y el gobierno no pueden ganar la guerra de Piñera sólo con arreglo a la represión, los ejércitos de bots en el ámbito digital a lo más pueden simular musculatura, pero nunca podrán marchar por las calles.
Y cuando la derecha lo ha intentado, la proporción de sus movilizaciones ha sido más bien ridícula.
Fuente: alainet.org